La crisis económica nos ha traído algo bueno: mayor sensibilidad hacia las personas que lo están pasando muy mal,… hacia la pobreza infantil. Puede parecer exagerado, pero en el siglo XXI, en occidente, en Europa, en España, en Cantabria, en Santander, en el colegio público Cisneros hay situaciones de pobreza infantil.
En el colegio nos dimos cuenta que había niñas y niños con signos de desnutrición, que les desahuciaban de sus casas, que les cortaban la luz, que no tenían ordenador, ni Internet, ni calefacción, madres solas, familias separadas,…
Familias donde se vive en una situación de gran estrés, sin poder aportar estímulos cognitivos suficientes y con una alimentación poco adecuada. Está demostrado científicamente que esos tres factores conducen a deterioros cognitivos (daños en el cerebro) y eso, entre otras muchas consecuencias graves, genera retrasos en el aprendizaje.
Ante esa situación unidos los profesionales y las familias del colegio reaccionamos en varias direcciones:
- Aportar comida en colaboración con el Banco de Alimentos.
- Entregar productos de higiene personal y limpieza del hogar.
- Recoger dinero para necesidades concretas.
- Aportar a quien lo precise ordenadores con software libre, ropa,…
- Apoyos escolares de lunes a viernes de 16:30 a 18:00 h. Es lo que hemos llamado “-brecha” (explicación).